lunes, 31 de marzo de 2008

Fijate bien donde pisás!

"... por aquello de las minas, decia Juanes" [Kafeina, 2006]

Esta es una historia corta, sobre un problema largo. Es la historia de los niños en Colombia, de la gente de Colombia, que además de estar marginados por el sistema y vivir en la más absoluta pobreza, deben soportar, encima de todo, la locura colectiva de los actores del conflicto armado interno. Esa misma locura que torna a humildes campesinos en crueles asesinos; a hermanos fraternales en mortales enemigos y a niños inocentes en víctimas olvidadas de un país que mira con indiferencia lo que pasa en sus campos.

El problema es viejo, como el conflicto mismo. No los voy a molestar con las terribles estadísticas, con los números de la tragedia. Que sea suficiente para el lector saber que realmente es grave, muy grave y que nuestro país lidera la lista mundial de naciones atormentados por el flagelo de las Minas Antipersonal (MAP), las Municiones sin Estallar (MUSE) y otros artefactos y trampas explosivas improvisadas. Recientemente pasamos a ser el país con mas accidentes e incidentes causados por este tipo de malévolo armamento. Según datos del Observatorio de Minas, en los últimos 5 años estos aumentaron entre un 500% y un 800% (civiles y militares respectivamente).

En Noviembre de 2007, por encargo de una fundación que prefiere permanecer anónima y que recibió apoyó financiero de Adopt–a–Minefield, visitamos cuatro municipios del Departamento de Antioquia que con otros, encabezan las lista de los más afectados por el probema en Colombia: Argelia, San Carlos, Cocorná y San Francisco, todos en el suroriente del departamento (ver mapa... en este caso es facil. Sólo diríjase al lugar donde más puntos rojos hay... allá son los 4 municipios mencionados http://www.derechoshumanos.gov.co/minas/images/antioquiaminas.jpg). La intención de dichas visitas fúe la de repartir en las escuelas rurales y las cabeceras de los municipios, información sobre los riesgos que representan las minas y como cuidarse (literalmente) de ser víctimas de ellas. La información consistió en un libro de cuentos para niños, de caracter social, de 56 páginas llamado "los Cuentos de la Tia Gladis" y un libro de información precisa sobre las características de las minas, como reconocerlas, como descubrirlas antes de que exploten, y en generál todo lo que se debe saber para protegerse de tan horrorosos aparatos. Este libro, llamado "Un disfraz que esconde el mal" de 55 páginas, trae además un juego de mesa llamado "El camino es largo y culebrero", donde los niños deben salir de un lugar y llegar a otro teniendo cuidado de no caer en ningún peligro.(*)

La misión que nos encargaron, fué la de entregar cerca de ocho mil de estas colecciones (los dos libros y el juego) a cada uno de los niños en edad escolar de esos municipios. Para eso debíamos visitar personalmente la mayor cantidad de escuelas posibles y repartir la información a cada niño personalmente, además de hacer un taller con ellos y sus profesores para mostrarles la información e indicarles como interpretarla y a su vez cómo divulgarla a otros niños. Esto era importante porque no todos pueden ir a la escuela pues viven demasiado lejos o porque sus padres los utilizan en las faenas del campo y deben prescindir de este derecho fundamental de estudiar, para ayudar en casa.

Sabiendo de este grande e ineludible problema de los campos de Colombia, teníamos además el encargo de contratar en las radios comunitarias de los municipios, la difusión de material didáctico relacionado con el mismo tema para asegurarnos de que incluso en las veredas más alejadas, donde están los niños que no pueden asistir a la escuela, eestos tuvieran la oportunidad de enterarse igualmente de la gravedad de la situación y de alguna manera defenderse de ella. La información, sin duda, es el arma más efectiva contra un problema de esta magnitud. El verdadero asesino silencioso entonces, es la ignorancia.

En el curso de un mes recorrimos miles de kilometros de carreteras veredales y trochas brutales, donde en algunos casos no pasaban carros desde hacia años, donde nunca nadie –como nos decían los profesores mismos– habían ido a visitarlos y mucho menos a regalarles información de tanta importancia para los niños, que se exponen practiacamente todos los días de su corta vida a que un artefacto artesanal explosivo los deje sin brazos, sin piernas, sin ojos, sin cara o muertos en algun potrero veredal o de camino a su escuela. Conocimos en este viaje, por demás azaroso, a gente sencilla y valiente que lidia con la muerte como nosotros lidiamos con el desayuno. Conocimos profesores que todos los días arriesgan su vida para ir a dicatarle clase al futuro de nuestro país, con recuros educativos mínimos y pago igual de deficiente. Profesores que además hacen las veces de papá y mamá; que se encargan de alimentar a los niños en los restaurantes escolares haciendo ellos mismos la comida, y sirviéndola. Comida esta, que nos contaban los profes, era en la mayoría de los casos, la única que tenían en el día. –Mire, nosotros pesamos los niños para llevarles un control y sabemos que cuando se van de 'vacaciones' no van a comer nada, ellos llegan flaquitos, no sólo de no comer como debe ser en la casa sino de trabajar todo el día en esas lomas por esos cafetales–, nos decían los profesores. Para nosotros los profes son los verdaderos heroes de este país, sí, los soldados también, pero mucho más los profesores. A muchos no les llega el sueldo a tiemo y encima de todo, los amenazan con frecuencia los actores del conflicto. A veces deben cabalgar hasta 3 y 4 horas para llegar a sus escuelas, donde viven en diminutas habitaciones que ellos llaman El Apartamento. Para esos niños los profes son sus ídolos, sus custodios, sus enfermeros, sus sicólogos, sus protectores. Para miles y miles de esos niños, los profes son casi toda su vida... la única figura adulta que tiene sentido, que los defiende del sufrimiento diario.

De manera pues que en un curso intensivo de realidad nacional logramos nuestro objetivo. Entregamos el material y de paso registramos en video docenas de historias trágicas, terribles, horrorosas. Entrevistamos profesores, niños, víctimas, campesinos que desminan ellos mismos para poder vivir en sus tierras, y todo aquel que despues de entender que estabamos allá para ayudarles, y no para espiarlos abrían su corazon y nos contaban su tragedia. Registramos además paisajes increiblemente bellos, pristinos y peligrosos que hacen del problema una contradicción todavía más difícil de entender. Es traumático ver tanta belleza humana y natural asociada con tanto dolor y crueldad. Colombia, en esas circumstancas, es el verdadero paraiso perdido. También evitamos a toda costa ser antagonistas con los actores del conflicto y nos movimos lo mas rápido posible por las veredas para no darle tiempo a éstos que nos identificaran ni sospecharan nada malo de nuestra correría humanitaria. Por supuesto, con el apoyo de los profes, sabíamos de antemano que estos o aquellos ya habian empezado a preguntar por nosotros. –que quiénes eramos, que qué era lo que tanto haciamos, que ese carro qué, que vea que si no vamos a ir a la vereda tal–. En fin, cuando las preguntas empezaban debiamos partir. De nada sirve ayudar si uno mismi se convierte en victima.

Como prometí una historia corta debo cumplir mi promesa y dejo con estos pocos párrafos, un minivideo artesanal que hicimos para presentar en informe final (columna derecha arriba de este blog ó en: Video en YOUTUBE), y muchas fotos, para que cada cual profundice a su conveniencia (http://www.flickr.com/photos/juancamilojaramillo_ii/sets/72157603304828583/). Sólo resta decir que nuestros corazones ahora están comprometidos con ellos, con la gente que sufre por culpa de este problema y estamos decididos a reclutar personas que nos ayuden, que entiendan, que despierten, que se pellizquen. Ya es bastante duro estar en un país en guerra desde que tenemos memoria, pero es demasiado duro estar en un país donde a la gente no le importe lo suficiente para protestar por ello. Tal vez por eso mismo sea que estamos en guerra.

Como parte de nuestro trabajo registramos geográficamente todo el recorrido (usando un GPS) e hicimos un mashup de Google Earth© que muestra el contexto de las palablas que acaban de leer. Para bajar un archivo .kmz de este proyecto, pulse e siguiente vínculo y solo dele click:

http://www.winetreks.com/archivos_minas/Desminarte.kmz


Gracias por leer. Tal véz les ayude, como nos ayudó a nosotros el viaje, a entender, a comprender la fuerza y complejidad este meollo en el que nos hemos metido en Colombia.
-----------citas-----------
(*) Los libros fueron el producto de la investigación de la fundación que prefiere permanecer anónima.
---------------------------------

viernes, 28 de marzo de 2008

Una historia contada por:

Mi nombre es Juan Camilo Jaramillo, quien les cuenta este cuento. Mis dos compañeros de travesía fuerón Martha Llano y Nicolás Mejía. Nuestro pequeño grupo cuenta ahora también con la ayuda de Marcela Jaramillo.

Ojala nunca en este país se tuvieran que contar historias como esta.